Continuamos con la serie dedicada a la limpieza del gabinete después del post Higiene ambiental en clínicas dentales y tratamientos por neutralización y filtración
El objetivo es matar el microorganismo patógeno en suspensión. Se han utilizado varios sistemas con mayor y menor éxito.
Tratamientos por desinfección
Ozono
Tras la irrupción de la pandemia pronto se extendió la utilización de aparatos de ozono para la desinfección ambiental. Se trata de un dispositivo médico aceptado en la UE de clase Ilb que genera un gas existente en la atmósfera para la desinfección de espacios cerrados.
Este gas reacciona con los compuestos orgánicos teniendo efectividad con bacterias, virus y hongos. Se trata de un potente oxidante que desnaturaliza la envoltura proteica y lipídica de los virus y su ARN, dado que es un gas que penetra en todos los rincones de la sala sin dejar zonas de sombra. Pero no todo son ventajas, debido a que es altamente oxidante y corroe determinados materiales.
Además, para que sea efectivo, es necesario que el ambiente tenga una humedad ambiente del 80%, grado inalcanzable en algunas regiones continentales.
Por otro lado, se trata de un gas que es tóxico para los humanos, por lo que es necesario ventilar la sala después de aplicarlo y, por supuesto, no estar dentro mientras se realiza. La OSHA (U.S. Occupational Safety and Health Administration) da como seguro una concentración de entre 0,1 ppm durante 8 horas o 0,3 ppm durante 15 minutos. Es por ello que no se considera de primera elección para el tratamiento del ambiente en la clínica dental.
Plasma
Como sabemos la materia se divide en tres estados: sólido, líquido y gas. Si aplicamos energía al gas, éste se ioniza y se denomina plasma.
Se considera, por tanto, el cuarto estado de la materia. Este plasma puede ser a alta temperatura, que no es muy práctico, y el plasma de baja temperatura, que tiene muchas aplicaciones en esterilización y medicina. En ese plasma existen iones de diferente naturaleza: ultravioletas, peróxido, ozono, radicales hidroxilos…
Tiene eficacia contra casi todas las formas de vida como hongos, virus y bacterias. Se utiliza en equipos de aire acondicionado y de sanitización de ambientes de una forma segura, sin utilización de productos consumibles y no deja residuos tóxicos para nuestra salud.
Desinfección fotocatalítica
En 1877 Downes y Blunt descubrieron que las bacterias morían al ser expuestas a la radiación solar. En 1892, Marshall Ward concretó que era la parte ultravioleta de la radiación la responsable de esta actividad. Los microorganismos al exponerse a la radiación solar se hacen incapaces de reproducirse y mueren. Existen tres tipos de rayos ultravioletas dependiendo de la longitud de onda:
- UVA: tiene la longitud de onda mayor (desde 320 nm hasta 400 m inclusive), y es también donde empieza la luz visible (azul). Tiene gran capacidad de profundización en tejidos o materiales y se utiliza para el fotocurado de distintos materiales. Se trata de una radiación que envejece la piel, y, aunque nuestra piel dispone de medios para defenderse de ella, es importante no exceder los tiempos de exposición.
- UV-B: está comprendida entre los 280 y 320 nm. Tiene más energía que los UVA. pero no penetra tan profundamente. Nuestra piel está menos protegida de estos rayos.
- UV-C: radiación situada entre los 280 y 100 nanómetros. Se filtra por la atmósfera y no estamos expuestos a ella naturalmente. Tiene amplia efectividad germicida.
El ADN Y ARN absorben los rayos, especial. mente los de 254nm creando nuevos enlaces entre nucleótidos. Se ha utilizado ampliamente en industria alimentaria, desinfección de aguas y en el ámbito sanitario.
Se han desarrollado robots que se activan después de una cirugía y han demostrado ser eficientes frente a microorganismos multiresistentes como pseudomonas aereuginosa, responsables de muchas infecciones nosocomiales y resistentes a muchos desinfectantes como los compuestos del amonio cuaternario.
También existen lámparas que se colocan en los techos de la clínica y se encienden entre paciente y paciente para desinfectar las superficies y los microorganismos en suspensión. Es importante tener en cuenta que este tipo de desinfección es superficial así como las zonas de sombra. Siempre es necesario realizar una correcta limpieza previa; la acumulación de proteína orgánica inutiliza este tipo de desinfección.
También se han desarrollado filtros que se acoplan a los conductos de aire acondicionado que desinfectan el aire a su paso. Es un sistema en el que hay que tener en cuenta la velocidad del flujo de aire, pues puede no ser eficaz dado que requiere un tiempo de actuación.
FUENTE: Dra. Gema Maeso Mena. «Principios de Bioseguridad en la Clínica Dental» Editorial Peldaño Media Group. S.L. 2022