En 1860, Joseph Lister recomendó la limpieza del instrumental sanitario para evitar la propagación de infecciones y, desde entonces, las técnicas han ido evolucionado. En este post vamos a hablar sobre la la limpieza manual de los instrumentos en la clínica dental.
Limpieza del instrumental previa a la esterilización
Sobre el instrumental odontológico se acumula una serie de restos que pueden ser de tipo inorgánico como los restos de cemento, composite o iones del propio agua y de tipo orgánico también llamado bioburden, y está compuesto por tejidos del paciente, sangre o saliva. Su eliminación previa a la esterilización es obligatoria, pues los restos de suciedad pueden inactivar la esterilización. Esto es de gran importancia dado que el vapor ha de penetrar perfectamente en todos los rincones. Es por ello que la presencia de material orgánico puede impedir que el vapor entre en el interior de esos acúmulos de suciedad y se impida la eliminación de microorganismos resistentes de la escala de Maillard como son las esporas, los hongos o los priones.
Los priones son una proteína de una estructura tridimensional alterada que puede desarrollar enfermedades como la de Creutzfeldt-Jakob. Estas proteínas son resistentes tanto a la esterilización por métodos convencionales como a la desinfección. Son resistentes además a los detergentes y a las proteasas, lo que hace fundamental la completa eliminación de todo el debris de la superficie del instrumento.
Pasos para realizar la limpieza del instrumental
El primer paso para realizar la limpieza del instrumental consiste en su transporte a la sala de esterilización en el interior de contenedores cerrados para evitar accidentes. Este proceso ha de realizarse de la forma más segura posible, siempre con nuestro equipo de protección individual.
El uso de contenedores cerrados o casetes tiene varias ventajas, como es el procesado de una sola vez, protege los instrumentos, ayuda a la organización, almacenaje e inventario y requiere de un único embolsado.
En el caso de que no vayamos a limpiar el instrumental de inmediato es recomendable sumergirlo en un detergente enzimático, pues si la suciedad se secara resultaría más difícil su limpieza. Este remojado ha de hacerse con una temperatura tibia, pues si estuviera demasiado caliente las proteínas de la materia orgánica coagularían y sería más difícil su limpieza.
La limpieza del instrumental la podemos realizar de tres formas:
- Manual.
- Mecánica: Ultrasonidos.
- Termodesinfectadoras.
Limpieza manual
No es la técnica de elección, pues es insegura para nuestro personal. Requiere de mucho tiempo de procesado, está basada en la subjetividad del individuo que lo realiza y no es posible su validación y estandarización. Lo reservaremos para instrumental que no se puede limpiar mediante ultrasonidos o termodesinfectadoras.
La mayoría de las punciones con instrumental no suceden frente al paciente sino durante la manipulación de los instrumentos. La falta de concentración sumado a la alta carga de trabajo, y la contaminación por aerosoles, hacen de este procedimiento una fuente de accidentes.
Otra de las desventajas es el coste en tiempo de trabajo en personal y el ecológico, pues el consumo de agua es mayor.
En primer lugar, desmontaremos la hoja de bisturí con ayuda de un portaagujas o un mosquito y lo eliminaremos al contenedor de residuos. Las agujas también las sujetaremos con el porta, cortaremos la seda y lo introduciremos en el contenedor de punzantes.
La limpieza manual se realizará sumergiendo bajo el agua para evitar salpicaduras con un instrumento largo. El instrumental estará abierto y desmontado en todo momento. Los lúmenes los limpiaremos con un cepillo especial.
El instrumental punzante lo limpiaremos aparte para evitar accidentes. Tras la limpieza meticulosa de todo el instrumental, procederemos al enjuague abundante primero con agua corriente y para terminar con agua destilada (evitará la desposición de sales sobre el instrumental que lo deterioren con el tiempo).
Es el momento de inspeccionar cada instrumento para asegurarnos que no quedan restos de materia orgánica y proceder al secado meticuloso.
El secado es una fase muy importante y consistente en eliminar la humedad residual del instrumental para evitar que se depositen sales minerales y que se invalide el proceso de esterilización. Los autoclaves están programados para evaporar la misma cantidad de agua que introducen dentro de la cámara, por lo que un exceso en el peso del instrumental de agua puede hacer que los sobres salgan húmedos o con manchas y sea necesario su reprocesado.
Según el apartado 8 y 20 de la UNE-EN ISO 285, el peso del embalaje después de la esterilización no superará el 1% de aumento. Cuando hayamos terminado de secar, realizaremos un mantenimiento y engrasado del instrumental que lo necesite para evitar la corrosión y el deterioro.
FUENTE: Dra. Gema Maeso Mena. «Principios de Bioseguridad en la Clínica Dental» Editorial Peldaño Media Group. S.L. 2022