Desinfectantes en la clínica dental

Desinfectantes en la clínica dental

Después del post Tratamientos con nebulizadores y ácido hipocloroso, continuamos con los desinfectantes en la clínica dental.

La práctica diaria de nuestra profesión entraña una serie de riesgos biológicos serios. Las infecciones cruzadas en la clínica dental tienen una incidencia mayor de la que podemos ver en estudios. Muchos pacientes contraen una enfermedad y no la asocian a un tratamiento odontológico por lo que los datos de los que disponemos están infravalorados.

En la prensa diaria aparecen a menudo noticias escalofriantes sobre contagios de diferentes enfermedades en las clínicas dentales.

Eso, además de una responsabilidad moral, conlleva una serie de actuaciones judiciales lógicas por parte de los afectados. Está en nuestra mano evitar llegar a situaciones en las que se pone en compromiso tanto nuestra salud como la de nuestros pacientes.

La correcta utilización de antisépticos y desinfectantes nos va a ayudar a la prevención de infecciones en el gabinete dental.

Las superficies del gabinete o del sillón dental están recubiertas de multitud de microorganismos. Estos microorganismos pueden colonizar la herida quirúrgica y pasar al torrente circulatorio o contaminar los biomateriales utilizados llevándonos a la infección o fracaso de la técnica utilizada.

Microorganismos

Bacterias

Las bacterias son unos microorganismos procariontes (células que no tienen un núcleo definido, su material genético está distribuido por el citoplasma), se ven al microscopio electrónico y pueden dividirse por sí mismas, es decir, que no necesitan de ningún hospedador para hacerlo.

Dependiendo de su forma, las bacterias se pueden dividir en:

  • Cocos: de forma esférica.
  • Bacilos: de forma alargada, como de bastón. A su vez, estos se pueden diferenciar en: Grampositivos (fijan el tinte de violeta de genciana porque en la pared celular carecen de la capa de lipopolisacáridos) y Gramnegativos (no fijan la violeta de genciana por poseer una capa de lipopolisacáridos en su membrana).
  • Espiroquetas: presentan una forma helicoidal. Algunas son de un diámetro tan pequeño como el Treponema pallidum (agente que provoca la sífilis) que atraviesan las mucosas.

Virus

Son agentes microscópicos acelulares que pueden reproducirse en el interior de otras células. Son de una tamaño más reducido que las bacterias, por lo que es necesario el microscopio electrónico para poder verlos. Los virus se componen de un material genético recubierto de una envoltura proteica. No son capaces de reproducirse por sí mismos, necesitan de otra célula para hacerlo.

Esporas

Son unos cuerpos microscópicos que pueden ser uni o pluricelulares cuya función es la dispersión y reproducción. Resisten condiciones adversas como son la desecación o las altas temperaturas. Cuando se cumplen las condiciones óptimas se activan y comienzan su ciclo biológico. El término proviene del griego σπορά (sporá), que significa semilla. De la definición se deduce que son las formas de vida más difíciles de eliminar.

Hongos

Son un grupo de microorganismos eucariotas (con núcleo diferenciado en el citoplasma). Dentro de ellos se encuentran los mohos, las levaduras y los organismos que producen las setas. Se reproducen por esporas de un modo asexual.

Priones

Son proteínas capaces de hacer agregados moleculares aberrantes. No poseen información genética y son los responsables de enfermedades neurodegenerativas como la encefalitis espongiforme bovina (enfermedad de las vacas locas) o la enfermedad de Creutzfeldt-Lakob. Estas proteínas resisten las altas temperaturas, por lo que son muy difíciles de inactivar.

Como sabemos, algunas bacterias causan determinadas enfermedades que pueden trasladarse de un huésped a otro por el simple contacto. La piel es una barrera eficaz cuando se encuentra íntegra, pero si existe una alteración en la misma, como heridas que rompan esa protección, estaremos expuestos a cualquier enfermedad que nos transmitan.

La mayoría de las superficies están recubiertas de staphilococcos como el Staphilococus epidermididis o el Staphilococcus aureus que pueden colonizar la superficie de la herida o del biomaterial que vayamos a usar y provocar infecciones. Estos microorganismos se pueden transmitir de:

  • Forma directa: directamente de persona a persona.
  • Forma indirecta: mediante un material infectado (fómite) que toma contacto directo con la herida del paciente o a través de un vector como un mosquito que transmite la infección.

Las manos son un importante medio de transporte de infecciones. Aunque estemos usando guantes, es necesario el lavado de manos previo y posterior a la manipulación de un paciente o el instrumental. Los guantes tienen una microporosidad que, en función de la calidad de los guantes, será de mayor o menos diámetro.

FUENTE: Dra. Gema Maeso Mena. «Principios de Bioseguridad en la Clínica Dental» Editorial Peldaño Media Group. S.L. 2022

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