Entre sostenibilidad y seguridad: la función de las clínicas médicas

Los desechables en el ámbito médico y la gestión de los residuos sanitarios

Empecemos diciendo que el uso de productos desechables en el ámbito sanitario es de fundamental importancia para garantizar el control de las infecciones durante el desarrollo diario de visitas y operaciones. Por ello, a día de hoy, no existe la posibilidad de eliminar el uso de todos los materiales desechables en las clínicas médicas y odontológicas sin comprometer los protocolos de protección previstos para pacientes y trabajadores. Al mismo tiempo, como es bien sabido, estas mismas estructuras producen a diario cantidades considerables de desechos de plástico y materiales no reciclables. ¿Qué se puede hacer entonces?

En primer lugar, hay que tener presente que estos residuos se consideran contaminados, por lo que su tratamiento responde a los protocolos operativos oportunos a fin de no provocar daños para la salud ni problemas medioambientales. Entre los principales riesgos profesionales de los trabajadores del sector, el biológico es uno de los más relevantes. La correcta gestión del residuo contaminado es de fundamental importancia para reducir los riesgos de infección para las personas (trabajadores y pacientes) que hacen uso de la estructura.

Eliminación de los residuos sanitarios

En el sector médico y odontológico, la preocupación por el medio ambiente debe combinarse con la necesidad de respetar las normas de eliminación de los residuos sanitarios, normas que dan prioridad a la seguridad y la salud. Y es que para evitar inoportunas contaminaciones conviene que las estructuras apliquen un protocolo definido y de acuerdo con la normativa.

Diversos estudios han puesto de relieve que en el ámbito médico aproximadamente entre el 15 % y el 20 % de los residuos debe considerarse especial y, por lo tanto, eliminarse de conformidad con las normas oportunas. De hecho, los materiales desechables, tras entrar en contacto con los fluidos orgánicos, se consideran material potencialmente contaminado y se deben tratar de conformidad con las prácticas definidas por la normativa.

¿Qué puede hacer una clínica dental por el medio ambiente?

En todas las clínicas dentales los comportamientos, procedimientos y dotaciones empleados a diario pueden ejercer una influencia decisiva contribuyendo a la sostenibilidad y mejorando la propia eficiencia de la estructura. En este sentido, una buena gestión prevé:

1. utilizar la termodesinfectadora para la limpieza del instrumental. En efecto, este dispositivo puede microdosificar el detergente, controlar el consumo de agua en función de la carga y llevar a cabo la limpieza y desinfección del instrumental haciendo uso de la temperatura antes que de agentes químicos. Además, según los datos medios de consumo, con la misma carga, una termodesinfectadora moderna utiliza una décima parte del agua necesaria para un lavado manual;

2. preferir la adquisición de un sistema de tratamiento del agua para alimentar autoclaves, ultrasonidos y demás maquinaria frente a la adquisición de depósitos de agua destilada;

3. elegir maquinaria con un bajo impacto medioambiental en términos de uso de energía y agua: a la hora de comprar un autoclave conviene siempre comprobar el consumo de vatios y litros de agua por ciclo;

4. separar el papel de la película plástica de los rollos y las bolsas para esterilización. Y es que, tampoco tras su uso, el material de embalaje para la esterilización no se considera residuo especial, por lo que puede eliminarse de la forma oportuna: desechando el papel con los residuos de papel y la película plástica con los residuos no orgánicos no reciclables;

5. elegir productos cuyo origen esté certificado, dado que la contaminación se produce también en el proceso de fabricación y en el uso de las materias primas. Por ejemplo, es importante verificar que el papel utilizado para fabricar los productos y el embalaje lleve el marcado FSC o PEFC y que el plástico utilizado para los eyectores de saliva no contenga ftalatos, a fin de minimizar el impacto medioambiental del ciclo de vida completo del producto y al mismo tiempo reducir los riesgos para pacientes y trabajadores;

6. diferenciar la recogida de los envases procurando reciclar cajas, películas plásticas y demás materiales. Este aspecto reviste una importancia clave, dado que el envase (primario y secundario) puede representar hasta el 30 % del volumen de los residuos producidos;

7. promover la digitalización de la clínica (por ejemplo, con el uso de radiografías digitales y software para la gestión de la trazabilidad frente al uso de papel);

8. conocer con precisión la tipología de residuos producidos y llevar a cabo una recogida selectiva rigurosa de los residuos no peligrosos, evitando mezclar residuos especiales y residuos de otro tipo para minimizar la cantidad de material que llegará a la incineradora;

9. elegir un proveedor de energía eléctrica procedente de fuentes renovables habida cuenta que las clínicas médicas y odontológicas cuentan con un gran número de aparatos eléctricos, algunos de ellos con un elevado consumo energético;

10. seleccionar con atención a los proveedores de materiales desechables informándose de las modalidades de producción, origen de los materiales y perfil ético y ambiental de la empresa.

Protocolos sanitarios y protección medioambiental: las clínicas dentales

El desafío para las clínicas dentales pasa así por encontrar el equilibrio entre el respeto de los protocolos sanitarios previstos y una mayor protección medioambiental.

Si se aplican de forma sistemática, las medidas señaladas le permiten a la clínica no solo optimizar el flujo de trabajo, sino también reducir el consumo, premiar las buenas prácticas y disminuir la contaminación al llevar a cabo elecciones de valor, desde un punto de vista ampliado de salvaguarda y protección del bienestar de las personas y también del medio ambiente que las acoge.

Facebook
Twitter
LinkedIn